PASO A PASO

1. Lave el manojo de albahaca y póngalo en agua hirviendo por 15 segundos.

Este ‘tip’ hará que el pesto mantenga su color verde vivo por más tiempo y no se oxide.

2. Ponga en la licuadora la albahaca, el ajo, las nueces, el jugo de limón  y el queso. 

3. Procese un poco y agregue el aceite de oliva hasta obtener una pasta homogénea. 

Si dese el pesto más líquido, agregue un poco más de aceite.

Rectifique la sal y pimienta

4. Si quiere preparar un pesto rojo los pasos son los mismos, pero en vez de albahaca usa tomates secos hidratados con aceite.

5. Guarde el pesto en frascos de vidrio y úselo como salsa, aderezo para una ensalada, para untar, etc.

6. Para una cena rápida cocine una porción de pasta (aproximadamente 80 grs por persona) en abundante agua con sal.

Cuando la pasta esté ‘al dente’ escúrrala y guarde un poco del agua de cocción.

7. En una sartén ponga dos cucharadas generosas de pesto por porción, agregue la pasta caliente y un chorro del agua reservada.

Remueva con agilidad y sirva de inmediato.